De una mente rigida a una mente libre y abierta al cambio.
¿La rigidez o dureza mental es una enfermedad? Al parecer, sí. Las investigaciones modernas muestran claramente que la gente cuyo procesamiento de la información es cerrado y resistente al cambio no sólo genera un cúmulo de trastornos psicológicos personales, sino que afecta significativamente a la sociedad en la que viven.
La fuerza del pensamiento flexible radica en que a pesar de la resistencia y los obstáculos, podemos inventarnos a nosotros mismos y fluir con los eventos de la vida sin lastimar ni lastimarnos.
Con un lenguaje accesible, profundo y aleccionador, este libro describe cuáles son los componentes de una mente rígida y cuáles son los rasgos que se oponen a ella y definen una mente flexible.
Si decides ser flexible, te quitarás un enorme peso de encima al ver que nada está predeterminado y que puedes ser el último juez de tu propia conducta.